Pablo Caballero Payán @pablocpayan Vivimos en un mundo incongruente y excéntrico, donde la coherencia y el sentido común brillan por su ausencia. El Real Betis Balompié no es ajeno a estos males y en los últimos meses ha dado todo un recital de incongruencia, excentricidad y falta de coherencia común. De esta quema no se salva nadie. Todos han tenido su parte de culpa, desde la afición (la que menos) a Setién, pasando por Haro, Catalán y Serra sin obviar a los jugadores. Todos estos protagonistas son culpables, en menor o mayor medida, de lo acontecido en la entidad verdiblanca durante el último año.

El último caso en que se han cometido errores ha sido la salida del club por parte de Lorenzo Serra Ferrer. Prescindir del balear es un sinsentido. El ex vicepresidente deportivo ha sido una pieza clave en la remodelación de la plantilla, que ha subido notablemente de nivel y de valor en las dos últimas temporadas. Ahora bien, pretender que todo el éxito de un proyecto esté condicionado al trabajo en exclusividad de una persona es una incongruencia. Creo firmemente en el trabajo en equipo, en que la unión hace la fuerza y en que la puesta en común de distintos puntos de vista enriquece la toma de decisiones.

La afición debe tener claro que aquí no hay responsables totales para lo bueno y lo malo. Cada uno tiene que asumir su cuota de culpa de manera justa. Y es un atraso las conclusiones extremistas. Ni Serra o el caos (o Setién o el caos) son posturas coherentes y sensatas. Afortunadamente la situación económica e institucional del Betis es diametralmente opuesta a la de hace tres o cuatro años y ahora es mucho más fácil acertar con los fichajes porque hay dinero para acudir al mercado.

Pero esta bonanza financiera para acometer nuevas incorporaciones y realizar la planificación deportiva no garantiza el éxito. Para muestra está lo que ha pasado con la del curso 18/19, en la que se cometieron errores palpables, tanto en el mercado veraniego como en el invernal. Y esos fallos sería responsabilidad de Lorenzo Serra Ferrer en exclusividad si hiciéramos caso a los que atribuyen al mallorquín el cien por cien de los aciertos deportivos. Como dije anteriormente, la culpa, para bien y para mal, hay que repartirla consecuentemente.

Pensando que es un sinsentido la salida de Serra Ferrer, también pienso que no hay que dramatizar ni lo más mínimo por ello. Si el balear no ha aceptado el nuevo rol propuesto por Haro y Catalán tras la remodelación que pretenden realizar en la Secretaría Técnica no podemos escandalizarnos y pensar que todo se irá al garete. Es una temeridad hacer previsiones catastróficas sin ver los fichajes que vendrán y sin que el balón comience a rodar, cosa que pasará dentro de poco más de dos meses.

Será entonces cuando tendremos argumentos de peso para valorar si las decisiones tomadas en los últimos días han sido correctas o no. Hasta el momento lo único que podemos hacer es esperar, mantener la calma y opinar con respeto. Crispar el ambiente sería contraproducente y volveríamos a las excentricidades, las incongruencias y la falta de sentido común y de coherencia que debemos desterrar definitivamente.

Foto de Portada: sevillainfo.es