Pablo Caballero Payán @pablocpayan Mi paisano Romero Sanjuán compuso las preciosas sevillanas de Pasa la Vida y en la cuarta hay una estrofa certera, contundente y real como la vida misma:

Pasan los años
Pasa la vida
Con su triste carga de desengaños
Pasa la vida
Con su triste carga de desengaños

Los béticos, por desgracia, sabemos de desengaños amargos como pocas aficiones en el mundo. Utilizando nuevamente una letra de unas sevillanas (de Manuel Pareja-Obregón), que para eso estamos en plena Feria de Abril, podemos afirmar que los béticos tenemos el corazón forjao a golpe de sufrimiento.

Pero también los béticos somos maestros en ilusionarnos, en hacer de tripas corazón y pensar que saldremos adelante. Solo así se entiende que sigamos siendo fieles a un escudo y a unos colores que nos han dado más penas que glorias. Y esto lo podemos enlazar con otras sevillanas, en este caso de Los Romeros de La Puebla:

Fantasía
Hay que estrenar ilusión
Cada día
Y echarle imaginación
A las cosas de la vía

Creo que nadie sería capaz de rebatirme que estas estrofas y frases de nuestro folklore nos vienen como anillo al dedo para la historia del Real Betis Balompié y su afición en general y para un hecho en particular del que hoy se cumple un cuarto de siglo: el ascenso logrado en Burgos el 8 de mayo de 1994.

Han pasado veinticinco años de desengaños, ilusiones, fantasía y sufrimiento. Incluso esa temporada reunió todas esas cosas. La ilusión de volver a Primera tras tres temporadas en Segunda; la fantasía inimaginable de eliminar en el Camp Nou al FC Barcelona de Johan Cruyff; y el desengaño y el sufrimiento de ver cómo el retorno a la máxima categoría era una quimera tras perder 2-0 en el Salto del Caballo ante el CD Toledo el 27 de febrero de 1994.

Y en solo dos meses, otra vez apareció la ilusión, la fantasía, la alegría y la felicidad. Llegó Lorenzo Serra Ferrer y convirtió lo imposible en posible. Resucitó a una plantilla muerta y la convirtió en un equipo de fútbol solvente y eficaz. Es de justicia divina recordar hoy a aquellos héroes verdiblancos que lograron llenar de felicidad a todos los béticos. Gracias.