JJ Barquín @barquin_julio El partido del jueves en la Bretaña francesa nos acarreó muchas cosas. Un equipo dormido los primeros quince minutos; un equipo con personalidad para sobreponerse al 2-0 inicial; un juez de área que quiso ser más protagonista que el propio árbitro y la confirmación de que Carvalho, Canales y Lo Celso son el triangulo de las Bermudas futbolístico. Nunca vi más calidad de verde y blanco que cuando coincidieron Cardeñosa, López y Alabanda.

Pero en Rennes también hubo un momento para la tristeza y la vergüenza más absoluta. Y no es la primera vez. Me refiero a la pelea entre radicales del Betis en las cercanías del estadio Roazhon Park. Un altercado que provocó incluso la intervención de la gendarmería francesa, que tuvo que detener a una treintena de ultras que no pudieron acceder al partido. Hace poco más de un mes, contra el Real Madrid también hubo un enfrentamiento en la calle Tajo entre las mismas facciones de radicales. Lo vivido es la demostración de la bajeza más absurda. El sumun de la estupidez humana.

Ángel Haro y todo el consejo del Real Betis deben actuar de inmediato para erradicar esta lacra que perjudica gravemente a un club, que siempre ha demostrado su nobleza, humildad y saber estar en cualquier punto del mundo. Real Madrid o F.C. Barcelona deben servir como ejemplo, ya que consiguieron eliminarlos tras años de bochornos constantes. Los béticos no podemos consentir que la imagen del club se manche continuamente por unos indeseables que no son capaces de representarse a sí mismos. Poco deben importar las consecuencias. Se debe actuar de una vez por todas.

Tiene deberes Ángel Haro y debe ponerse manos a la obra. No caben medias tintas. No caben las buenas palabras, ni las declaraciones de cara a la galería. Es momento de ejecutar. Obviar el problema sería un comportamiento cobarde y huidizo. El club debe localizarlos, expulsarlos (mínimo 3 años) y generar una grada de animación digna para seguir dando color al estadio. Todo lo que no sea actuar será un fracaso de este consejo y de este club. Y, por supuesto, del presidente Haro.