La protesta y la queja son el refugio de la gente que desconfía de sí misma. Wayne Dyer

JJ Barquín @barquin_julio Hace poco un buen amigo nacido fuera de esta ciudad me decía, en una conversación informal sobre el Betis y la afición, que tiene la confianza en que no nos convirtamos en nuevos ricos. Si rebuscamos en la antigua Roma, se hacía referencia a los que habían adquirido fortuna y poder social, sin pertenecer a familia de alto estatus, como los “homo novus” (nuevo hombre). Sus características fundamentales eran su gusto por lo ostentoso, además de la falta de sencillez, naturalidad y humildad.

Me pareció una afirmación para reflexionar profundamente. Sobre todo, porque casi siempre las verdades te las dice quien ve las cosas con la objetivad que le da su posición foránea. Y es que, quien les escribe, lleva tiempo analizando muchos comportamientos de la afición del Betis, que le chirrían, que le llaman la atención y, lo que es peor, que le hacen no reconocerla.

Muchos podrían ser los factores que estén incidiendo en ese cambio de actitud, de comportamiento de una afición que siempre tuvo la fidelidad, la humildad y la paciencia como bandera. La llegada de una nueva generación que no ha conocido la historia del club; un sector al que le han vendido que la exigencia y la protesta incesante genera equipos campeones y, por último y, sobre todo, los mensajes maliciosos e interesados que origina y distribuye la biriprensa, podrían ser algunas de las razones que explicarían ese nuevo comportamiento de parte de la afición verdiblanca.

Un ejemplo de todo esto que he hablado aconteció hace poco en la visita de Olympiacos. Con los griegos llegaba un jugador que ha militado en nuestro club y que por distintas razones no pudo triunfar en el Villamarín. Nahuel estuvo dos años cedido en nuestro club y cuando fue cambiado por Pedro Martins recibió pitidos de una gran parte del estadio, lo que me pareció injusto e ingrato.

Pero lo más grave de la situación es que también se está produciendo con nuestros propios jugadores cuando están sobre el césped o utilizan internet para expresarse. En la eliminatoria copera, Sanabria fue pitado durante muchas fases del encuentro y otros jugadores también lo están sufriendo en otros encuentros. Se podrá discutir el rendimiento, el acierto y el afecto o simpatía hacia uno y otro jugador de la plantilla, pero de ahí a pitar a los nuestros va un mundo.

Y lo que es peor es que, desde hace un tiempo, algunos jugadores están recibiendo insultos y amenazas a través de sus cuentas de redes sociales. ¿Se está generando la figura del Homo Novus Beticus? Ese que va por la vida exigiendo, criticando, reclamando, reprochando y perdonando la vida a los demás sin valorar lo que tiene y sin saber lo que significa este club, su historia y su manquepierda.

A mí me enseñaron desde pequeño a querer a los que se ponen la zamarra verdiblanca sean como sean, se llamen como se llamen y jueguen como jueguen. Porque en esta plantilla, a lo largo de los años y de las situaciones institucionales, sociales y económicas, hubo de todo: malos, regulares, buenos y extraordinarios jugadores. Pero todos lucharon por nuestro club y por eso merecen mi respeto, admiración y agradecimiento. Sobre todo, porque siempre soñé con defender esos colores y no puedo criticar lo que quiero con locura.