JJBarquín @barquin_julio Desmemoriado, desmemoriada. Adjetivo. Torpe de memoria. Falto de memoria por completo o a intervalos. Es la definición que recoge el diccionario de la Real Academia de la Lengua. Es el vocablo que se podría atribuir a los béticos que no confían en Setién como entrenador del Real Betis. Un entrenador que ha conseguido cambiar el juego y, sobre todo y lo que es más importante, la personalidad del equipo.

Porque son esos béticos que están faltos de memoria, los que no recuerdan que hubo un tiempo no muy lejano de debacle institucional y deportiva. Son béticos que no parecen tener presentes como se arrastraba el equipo por campos de segunda cosechando derrotas vergonzosas y desplegando un juego plano y tosco. Eran los tiempos de Ponferrada, Albacete o de Castellana, Mestalla o Nou Camp. Porque daba igual donde se jugase. Se perdía frente al débil y se entregaban los tres puntos en el hotel cuando tocaba enfrentarse a los grandes.

Sería muy fácil, después del horroroso partido de Getafe, repito, después del horroso partido de Getafe, despotricar y pedir la cabeza del cántabro. Sería otro ejercicio de desmemoria absoluto. También el pasado año sufrimos una muy mala racha de resultados y juego, siete partidos sin ganar, y se consiguieron metas impensables a principios de temporada. Además, repasando el universo de entrenadores no veo ninguno que me parezca mejor en el actual mercado.

Confío plenamente en este cuerpo técnico para revertir la situación. No me cabe duda de que analizarán los datos y estudiarán los cambios que se deben introducir para volver a la senda del buen juego y de la efectividad. Todos hemos disfrutado con este Betis y no se les puede haber olvidado saber a lo que juegan. Y también espero un ejercicio de compromiso y responsabilidad de parte de los futbolistas, pues -en gran medida- son los máximos responsables de que las metas se consigan.

En estos momentos, se hacen necesarias grandes dosis de tranquilidad y paciencia. Remar en la misma dirección y no convertirnos en enemigos de nosotros mismos. Se hace necesario apoyar sin rechistar a este equipo y confiar en un cuerpo técnico. Ser balas de cañón, sabiendo qué somos y de donde venimos, aunque algunos parezca que no lo tienen muy claro.