Manuel Rey @ManuReyHijo El Getafe ganó un partido en que ni perdió tiempo, ni pegó patadas, ni se encerró atrás, como muchos auguraban en las preliminares del choque. Derrotó con claridad al Betis, simplemente, porque sus jugadores pusieron más ganas e intensidad en el juego y porque su técnico le pegó un baño técnico mayúsculo a Quique Setién.
Partido complicado a priori el que se disputaba en el Coliseo Alfonso Pérez Muñoz, habida cuenta del perfil del rival y del antecedente liguero contra el Valladolid que concluyó con una dolorosa derrota y un juego pésimo. Para saldar la cuita liguera previa, Setién presentaba un once y un esquema de juego similar al mostrado tres días antes en Milán: 3 centrales, 2 carrileros, 3 mediocampistas y 2 hombres en ataque.

Tres cambios de cromos en el once titular, Joel por Pau (permuta de guardametas para nada sorpresiva en nuestro entrenador), Boudebouz por Canales (interés del cántabro por darle minutos al argelino a pesar de su falta habitual de ritmo), y Loren Morón por Sergio León (tocado en tierras italianas). Repetían ocho jugadores que habían cuajado un buen partido en San Siro si exceptuamos, quizá, a William Carvalho.

El equipo contrario mostraba la alineación esperada. Un Bordalás que sacaba al campo su tradicional 4-4-2, repitiendo los mismos jugadores que habían obtenido la victoria la semana anterior contra el Rayo en Vallecas.
En la primera parte el equipo madrileño desarrolló un juego sacrificado, solidario y generoso en esfuerzos tanto a la hora de defender (poco lo tuvo que hacer) como de atacar. El Getafe apretaba a los verdiblancos con una presión muy arriba que estuvo a punto de dar fruto en un par de claras ocasiones. La primera antes del minuto 10 como consecuencia de un fallo entre Barragán y Bartra que a punto estuvo de materializar en gol Ángel, que solo ante Yoel disparo fuera de los tres palos.

La segunda ocasión para el equipo madrileño se produjo ocho minutos después, en el 17, tras una pérdida más de balón en el centro del campo. Ello propició un disparo desde fuera del área de Maksimovic que no pudo ser atajado por Yoel, permitiendo a continuación un doble remate de Foulquier y de Jorge Molina, este último sacado prácticamente bajo palos por Bartra.

No se llevaban ni 20 minutos de juego y la diferencia de intensidad y claridad en las ideas de uno y otro equipo era absolutamente manifiesta. El Betis no encontraba los espacios que necesitaba en ataque, con una engañosa posesión en defensa que apenas permitía traspasar con solvencia la línea del centro del campo. Solo merece destacarse en el haber verdiblanco un remate muy lejano de William Carvaho y una buena incorporación en ataque de Barragán que culmina mal dentro del área con un disparo muy desviado. Lo mejor de la primera parte era para el Betis, sin duda, el 0 a 0 inicial que reflejaba el marcador.

La segunda mitad comenzó como la primera pero el buen hacer y coraje getafense sí dio sus frutos. Un centro del campo bético absolutamente perdido (penoso el año y medio en verdiblanco de Boudebouz y lo que lleva de temporada Carvalho) y una delantera inexistente (lamentable la indolencia de Sanabria), permitía campar a sus anchas a los jugadores azulones. Antes del minuto 60 los de Bordalás concretaron lo que se estaba cocinando en la primera parte. Dos goles como dos soles ante la apatía absoluta de los nuestros. Vergüenza ajena daba ver deambular a algunos de los de verde y pena observar a un cuerpo técnico incapaz de reaccionar una vez más.

La última media hora de encuentro no sirvió más que para confirmar que este equipo en liga juega sin alma y que es incapaz de meterle un gol a nadie. 5 goles en el primer cuarto de liga y un partido como el de hoy, son razones suficientes para que se enciendan las luces de alarma D. Lorenzo. Números que dan miedo y un juego horroroso en los dos últimos compromisos ligueros, desgraciadamente todo ello muy propio de unas fechas que años atrás también nos dieron más de un disgusto (Día de los Muertos/Halloween).

LO MEJOR: Que con el 2-0 el Getafe no quiso hacer más daño.
LO PEOR: La falta absoluta de compromiso y profesionalidad mostrados por técnico y jugadores

FOTO: MARCA