JJ Barquín @barquin_julio Nunca la frase de Ramón de Campoamor tuvo más sentido que en la actualidad verdiblanca. El asturiano escribió el famoso poema donde dijo aquello de “en este mundo traidor, nada es verdad ni mentira, todo es según el color del cristal con que se mira”. Es una afirmación que rezuma subjetivismo y relativismo. Pero que también destila realidad, verdad y justicia, algo muy difícil de encontrar en este fútbol de urgencias en el que vivimos.

La derrota contra el Valladolid ha vuelto a remover los cimientos verdiblancos. Indudablemente, estamos ante uno de los peores partidos de la era Setién. Pero no peor que los vividos el año pasado contra el Cádiz o Las Palmas. Y después ya sabemos lo que pasó al final de temporada. Vivimos en una continua montaña rusa, pero es necesario pararse a pensar, reflexionar y no verlo ni todo negro o blanco. Como decía ayer Jon Pascua, el sabio de Bermeo, en Twitter “debemos tener la capacidad de controlar nuestra ansiedad y nuestros impulsos. No anticipar el curso de las cosas. Entender que a menudo no todo depende de nosotros”.

Hagamos un ejercicio de comparación con algunos equipos dirigidos por entrenadores que practican un fútbol radicalmente distinto al de Setién. Tras nueve partidos, el Atlético de Madrid saca 4 puntos al Betis. Como aquel que dice un partido. Salvando los tres goles al Huesca y dos al Getafe, los hombres de Simeone han marcado un gol por partido. Y en contra, ese equipo tan vanagloriado y con el mejor portero del mundo (eso dicen), ha encajado dos goles más que el Betis. Otro ejemplo, el Valencia. Dos puntos menos que nosotros y un solo partido ganado con la plantilla que tiene y el brutal gasto en jugadores como Guedes, Gameiro o Batshuayi. Y podríamos seguir con el Villareal. La diferencia en juego y resultados no es abismal.

Por eso, creo que ni Setién era Dios en septiembre ni ahora está para destituirlo como piden muchos. Sigo creyendo en el estilo del cántabro y en su filosofía de juego, aunque tendrá que rectificar cosas y buscar soluciones para partidos como el del Domingo. Y también se tendrán que poner las pilas los futbolistas, pues pocas veces he visto una crítica tan feroz a un entrenador y tan pocas exigencias a una remesa de grandes futbolistas que no están rindiendo al nivel que se espera de su calidad. Ese es otro cristal al que habrá que mirar.