JJ Barquín @barquin_julio Recuerdo perfectamente la pista de fútbol sala donde me cruce con Lucas Haurie. En Reina Mercedes jugábamos los encuentros de la liga de periodismo. Me hizo una referencia a la camiseta de Osasuna que yo llevaba puesta ese día. Teníamos que vestir de rojo y la elástica navarrica -comprada en mis vacaciones en el Castillo de Javier- me venía de lujo. Tras una dura entrada que le hice, su respuesta fue “dame, dame fuerte que os vamos ganando”. No recuerdo si ganamos o perdimos, pero le hice caso.

Desde joven tenía esa fijación en el resultado. Es normal que después con el paso del tiempo, Bilardo fuese su héroe, su mito viviente. El juego es lo de menos. Lo importante es el resultado. Ganar, sí o sí, como diría su amado presidente enrejado. Ahora, después de tantos años, sigue fiel a ese pensamiento futbolístico. Y, con su excelente pluma e innata enajenación, sigue expresando una opción plausible y respetable dentro del mundo del fútbol.

Hasta aquí, perfecto. Pero, su inquina hacía Heliópolis, le hace traspasar la línea de la objetividad para convertir su pensamiento en un ataque al club verdiblanco. Recientemente, en un perverso artículo ha pretendido enfrentar al míster verdiblanco con Serra Ferrer. Siguiendo la senda de su compañero del alma, Manolo Aguilar, que hace pocos días calificó el juego del Betis como un tiki taka de pacotilla, Haurie denomina el estilo de Setién como una moda pasajera y lo confronta con el pensamiento ganador del Balear.

Habría que recordarle al “excéntrico Haurie”, que para ganar en el fútbol hay muchos caminos y que tan loable es el juego asociativo como el juego directo. Setién o Simeone. Guardiola o Mourinho. Allegri o Klopp. Cuestión de gustos, maneras de percibir el fútbol. Yo siempre prefiero ver jugar bien a los equipos, sobre todo, porque tampoco está demostrado que jugando mal sea más fácil ganar.

Para cerrar su texto, llega a decir que Serra tendrá que enmendar a Setién para que no confunda lo anecdótico (la forma) con lo sustancial (el resultado), finalizando con la frase de Oscar Wilde “un tonto jamás se repone de un éxito”. Setién ni es tonto, ni se lo hace. Setién sabe de fútbol mucho más que otros que solamente reconocen el color de testículos o insultan a las aficiones.

Setién sabe perfectamente lo que supone el éxito porque lo tuvo como jugador y lo está encontrando en el Betis. Pero Setién es otro que tiene el culo pelado, como el gran Luis Aragonés. Viene desde abajo (Racing, Ejido, Selección Guinea, Logroñés, Lugo y Las Palmas) y no le ha llegado el éxito como a algunos que hicieron una temporada buena y vivieron de ella toda su vida.

Decía Coco Chanel, “la moda se pasa de moda. El estilo jamás”. El problema es que muchos pueden usar la moda, pero nunca tendrán estilo. Es el caso de Haurie. Solamente hace falta recordar su titular “Rubén maltrata al Vallladolid”, para saber de qué tipo de persona estamos hablando.