JJ Barquín @barquin_julio Gran revuelo el que se ha formado tras el reencuentro entre el Real Betis y Kappa. El equipo vestirá con calzones verdes cuando juegue de local la próxima temporada. Desde el club se explica que ha sido una acción de marketing pensada entre la institución y la firma deportiva. Las redes sociales y los grupos de Whatsapp de los aficionados verdiblancos echaban humo.

Hay que felicitar al departamento que dirige el “copión” Rubiales. Si querían polémica, la han conseguido. Han seguido a pies juntillas a Salvador Dalí cuando dijo aquella frase mítica de “que hablen bien o mal, lo importante es que hablen de mí, aunque confieso que me gusta que hablen mal porque eso significa que las cosas me van muy bien”.

Es la primera vez en su larga historia como club, salvando ocasiones especiales, en la que utilizará el color verde con la primera indumentaria. De hecho, no habrá ningún calzón blanco en ninguno de los tres atuendos oficiales para la próxima campaña.

El retorno de Kappa trae una novedad, como mínimo discutible y, a mi modesto perecer, inadmisible. Y digo esto porque creo que los símbolos de un club o institución nunca deben manosearse. Son sagrados, esenciales. Son la referencia que unifica a un grupo, a un conjunto de personas que comparten y exteriorizan un pensamiento, idea o vivencia, ya sea social, deportiva, política o religiosa.

Muchos pueden decir que el escudo es el único símbolo que representa al Real Betis pero decía Aristóteles que “no se piensa sin imágenes”, con lo que la vestimenta de un club también es un símbolo esencial de su representación e idiosincrasia como institución. No me imagino al Liverpool vistiendo con calzones verdes o al Real Madrid utilizando el morado para las calzonas en sus partidos caseros.

Muchos aficionados piensan que, si nos clasificamos otra vez para Europa, dará igual como se vistan nuestros jugadores. Creo que para eso están las otras dos equipaciones, para experimentar, para jugar, para innovar, para arriesgar. El marketing es una herramienta cardinal para ayudar a una institución, pero lo esencial, lo sagrado no se toca.

Si el club estudia o piensa hacer determinadas acciones debería preguntar a los socios que, además de para pagar el abono y animar, deberíamos estar presentes para otras consultas tan esenciales como la de modificar la primera equipación del club. También sería una estupenda acción de marketing.

Foto: Real Betis