CD Leganés 3 (Siovas, Naranjo y Amrabat)- Real Betis Balompié 2 (Campbell y Sanabria)

Pablo Caballero Payán @pablocpayan Derrota merecidísima del Real Betis tras completar un horrible partido en Butarque. Los de Quique Setién fueron un equipo esperpéntico, indolente y carente de competitividad y amor propio. La extraordinaria temporada realizada no se empaña por este encuentro, pero el enfado y la decepción es enorme por lo visto esta tarde.

Y eso que empezó el partido bastante bien para los interese béticos. A los veinticinco minutos ganaba 0-1 gracias al gol de Campbell y el rival se había quedado en inferioridad numérica por la expulsión de Rico. Pero eso no sirvió para que los jugadores alineados por Setién fueran a por todas y meterle presión al Villarreal en la lucha por la quinta plaza. Todo lo contrario. La bajada de brazos, la suficiencia, la desidia y la falta de velocidad fueron la tónica dominante. Tanto que el Leganés consiguió empatar, ponerse por delante y volver a adelantarse en el marcador tras el empate de Sanabria.

Esta forma grosera y triste de acabar la temporada es muy mosqueante. La excusa de tener todos los deberes hechos y de haber realizado un campeonato brillante, por encima de las expectativas y con muchos momentos de muy buen fútbol no sirve. Todos los partidos hay que disputarlos sin arrastrase por el césped. Y eso es lo que ha hecho hoy el Real Betis, decepcionado a muchos béticos desplazados a Leganés.

Pero es injusto castigar en exceso al equipo y al entrenador por el sainete de hoy. Se debe criticar solo lo ocurrido esta tarde. Hablar de que Setién no está preparado para el Betis o que todo es desastroso es una canallada. Seamos serios y justos a la hora de criticar, de ser ambiciosos y de repartir responsabilidades de culpa y acierto. La temporada ha terminado. Ha sido un campeonato muy bueno. Disfrutemos de eso y confiemos en que las cosas van a seguir haciéndose bien para mejorar y pulir errores como el de hoy.

LO MEJOR: de hoy nada, de la temporada muchísimas cosas.

LO PEOR: la forma de perder y que Rubén Castro no haya podido batir el record de Rincón.

FOTO: Inma Flores (Diario e Sevilla)