JJ Barquín @barquin_julio Vivimos los béticos un momento dulce, lleno de ilusión. Ya era hora. Ya nos lo merecíamos después de tantos años de penurias y mediocridad. Y como siempre, será esta bendita afición, la que ayudará a conseguir el objetivo europeo. La entrada para comenzar a hablar otros idiomas pasa por Heliópolis. El Villamarín tiene que ser un fortín para que los nueve puntos entren en el zurrón verdiblanco. Madrid, Bilbao y Leganés también serán territorio verdiblanco para que los jugadores sientan el aliento de sus aficionados.

Casi todos hemos hecho alguna cuenta en estos días. Cualquiera sabe quién acertará en las predicciones, pero creo que con 61 puntos es más que probable que el año que viene podamos disfrutar de un sorteo europeo. No todos los equipos implicados van a ganar los 18 puntos ni mucho menos. El Villareal tiene peor calendario que el Sevilla, pero no todo se resume en los próximos partidos a disputar. También influye el momento físico y de agotamiento con el que llegan los equipos; la trayectoria -ascendente o descendente- que alumbran a los implicados; la capacidad de sufrimiento y de aceptación de la responsabilidad de los jugadores y, por último, de una pizca de suerte.

Sea como fuere, pienso que el Betis necesita de su afición para conseguir esos puntos que nos lleven nuevamente al viejo continente. Esa afición que siempre lo acompañó estuviera donde estuviese. Esa afición que tuvo que hacer rifas para sacar al equipo adelante. Esa afición que fue a infinidad de lugares para dar su grito de ánimo. En definitiva, la que nunca falló, la que siempre estuvo manquepierda.

Foto: Archivo Manquepierda.com