Pablo Caballero Payán @pablocpayan Al Betis se le quiere por encima de muchas cosas. Sobre todo se le quiere por encima de éxitos deportivos. Es más, se le quiere incluso de mayor manera cuando pega con sus huesos en el suelo y hay que empujar para que se vuelva a levantar. Si a eso le unimos miles de kilómetros de distancia, el cariño es ejemplar, digno de elogios y emocionante.

Por los cinco continentes hay repartidas Peñas del Real Betis Balompié que hacen que el corazón verdiblanco lata por todos los rincones del planeta. Ayer vi en una cuenta de Twitter una lista con 67 peñas. Cuánta razón tuvo Rafa González Serna cuando escribió para el Himno del Centenario la frase de “más allá de la frontera siempre habrá alguien que diga ¡viva el Betis manque pierda!”

Pues hoy toca desde Sentir Bético acordarse de estos aficionados del Real Betis. En general de todos, pero personalmente me llega al alma tres béticos que viven desde la distancia el amor por los colores verdiblancos. Así que vamos a preparar la maleta porque tenemos que viajar a New York, Londres y Ciudad del Cabo.

Mi amigo Jesús Parra vive desde hace años cerca de la ciudad que nunca duerme. En noviembre de 2013 nació allí la Peña Bética de Nueva York. Esta peña se ha hecho muy famosa porque en el restaurante que tienen su sede se hacen las mejores hamburguesas de la ciudad.  Si alguna vez viajan allí, encontrarán el Black Iron Burger en la calle 38, entre la Sexta y la Séptima Avenida.

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Logotipo de la Peña Bético de New York

Me cuenta Jesús que lo mejor es cuando quedan allí para ver partidos y hacer potajes y serranitos para no perder la costumbre. Él también se encarga, aparte de pregonar su beticismo por tierras norteamericanas, de llevar el nombre de su barrio de Triana a este famoso rincón del mundo.

Más cerca de Sevilla se encuentra el segundo protagonista de esta terna de béticos del universo. Después de estar en Argentina y México por distintos motivos, se ha establecido en Londres otro amigo del alma. Javi Olivera, un personaje capaz de marearse viendo el agua de un vaso moverse pero que resiste de manera estoica a los vaivenes de nuestro Betis

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Cartel de la Peña Bética de Londres para el derbi del 3-5

Desde 2015 está en funcionamiento la Peña Bética de Londres Patrick O´Connell. Esta temporada están haciendo unos carteles estupendos y muy originales para los partidos del Real Betis e incluso un calendario de 2018 con un simpático montaje en el que sustituyen la torre del Big Ben por La Giralda. Sus miembros se reúnen siempre para ver los partidos y disfrutar (o sufrir) en familia con nuestro equipo.

Y hace pocos días se ha constituido una nueva peña en el extranjero. Ha sido en Ciudad del Cabo, a más de once mil kilómetros de distancia, donde también hay béticos que necesitan apiñarse como balas de cañón para seguir sintiendo en verdiblanco en la lejanía.

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Los béticos de Ciudad del Cabo reunidos para ver al Real Betis

Con esta peña el lazo que me une es mucho más directo y personal. Aunque faltan por formalizar algunos aspectos, puedo decir que mi primo Javier es el presidente de la peña. Con él he ido al Villamarín una infinidad de veces. Recuerdo el día en que nos llevó nuestro abuelo Rafael a visitar el estadio y tuvimos el privilegio de saltar al césped. Tendríamos cuatro o cinco años como mucho, pero me acuerdo perfectamente de ese momento.

Espero que en Sudáfrica no se ponga tan nervioso como en la grada. En la Final de Copa de 2005 fue tremendo. Desde que metió Ricardo Oliveira no pudo aguantar los nervios y escondió su cabeza entre las manos y dejó de ver el partido. Me acuerdo perfectamente de cómo tuve que levantarle para que viera el contragolpe en el que Dani logró el gol de la victoria diciéndolo “Javier, que es buena, Javier, que es buena”

Vaya desde aquí mi agradecimiento a todos los que desde miles de kilómetros de distancia siguen teniendo ese veneno verdiblanco corriéndole por las venas. Un abrazo enorme para todos las béticas y béticos del universo, y de manera muy especial para mis amigos Jesús y Javi y para mi primo Javier. Gracias por llevar a gala por todos los rincones del mundo el ser bético.