JJ Barquín @barquin_julio Escribía el pasado Domingo Luis Montoto en ABC un interesante artículo sobre el músculo financiero que ha entrado en este Betis que mira al siglo XXI con esperanza. Los apoyos que han buscado Haro y Catalán son variopintos y como ejemplos se podrían poner algunos empresarios de éxito: Ozgur Unay, ingeniero y socio de UG21 (firma de ingeniería civil); José María Gallego, fundador de Dental Company; Joaquín Caro Ledesma, impulsor de Antea Prevención (Seguridad en el trabajo);

También aparecen Rafael Vázquez Pérez, propietario de Vybsa (distribuidora de ingredientes de pastelería); Juan Manuel Ortega, administrador de Royse (Rodamientos y servicios grandes industrias) o Antonio Guerrero, cabeza pensante de Mariscos Emilio, una empresa sevillana que no precisa de presentación alguna.

Estamos ante empresarios emergentes y otros algo más consolidados en su trayectoria profesional, que podrán aportar -además de ese músculo financiero- sapiencia, experiencia y capacidad para poder mejorar el consejo de administración y todas las decisiones que se deberán tomar en el Real Betis Balompié.

Y es una decisión inteligente de Haro y Catalán abrir la puerta a que entren más accionistas con capacidad para que sean una pieza importante en el control de lo que se hace y deshace en el club. Los dos consejeros podrían haber acaparado muchas más acciones pero han permitido la llegada de más accionistas para hacer más capaz, digno y democrático este Betis moderno e ilusionante.

Queda por saber la respuesta de la afición, de la fiel infantería. Será un paquete accionarial muy fraccionado, pero responde a una promesa de los actuales gestores y a esa idea bucólica y romántica del Betis de los Béticos. Es una oportunidad de seguir unidos al club, de seguir apoyando hasta donde haga falta al club de nuestros amores. Y no dudo que así será.