JJ Barquín @barquin_julio Vetar es siempre un error descomunal. Yo diría de principiante. Y desgraciadamente, el Real Betis lo acaba de cometer con su veto a Muchodeporte. Siempre me ha parecido un laudo antidemocrático y demuestra una actitud arbitraria, despótica y débil.

En este caso, hasta me sorprende pues es una actitud impropia de gente preparada y rodeada de equipos profesionales, que deberían ayudar a tomar decisiones justas y equilibradas. La decisión de Ángel Haro y el departamento de comunicación del club -si es que ha participado- es un gran desacierto, por iniciar un conflicto que perjudicará la imagen de la institución.

Todos conocemos a los tipos que integran este medio. Todos sabemos la religión que profesan y todos conocemos sus artículos y sus opiniones tendenciosas y malintencionadas. Pero ante un medio de comunicación con esa línea editorial, se pueden tomar otras medidas antes que vetar su presencia en los actos del club. Siempre he creído que la indiferencia y el cinismo son buenos compañeros de viaje ante medios que incumplen sistemáticamente la ética periodística.

A un medio de comunicación se le debe exigir el cumplimiento de los principios básicos del periodismo: veracidad, independencia, imparcialidad, humanidad y responsabilidad. Y los medios deberían realizar un seguimiento interno para revisar su trabajo y la ética que desarrollan en su labor diaria. Si no lo hacen y demuestran, diariamente su incompetencia periodística, ellos mismos se radiografían públicamente y degradan su trabajo. Y les puedo asegurar que, tarde o temprano, les pasa factura.

Por eso digo que la decisión es una absoluta equivocación. Pero lo más torpe sería confundir la crítica a los gestores con la crítica al club. Durante mucho tiempo se ha criticado a la institución y no se ha tomado una decisión tan drástica, que llega justo cuando se critica a un integrante del consejo de administración del Real Betis.

Me da pavor llegar a la conclusión de que la decisión se ha tomado por un artículo de Lucas Haurie donde criticaba duramente al director de marketing, Ramón Rubiales. Espero y deseo que el veto haya brotado de alguna mente necia y no de una orden suprema de alguna de las dos grandes familias -con vínculos con las rosas- que parecen mover los hilos del Betis desde la sombra.