Real Sporting Gijón 2 (Douglas, Carmona) – Real Betis 2:(Rubén Castro 2)

JJ Barquín @barquin_julio Poco se podía esperar del último partido de dos equipos que han sido insultantemente mediocres a lo largo de la liga. Quien se jugaba subir un puesto en la clasificación y algo de dinero, por aquello del reparto televisivo era el Betis, pero parece que era poco aliciente para una plantilla demasiado acomodada.

El partido de Sporting y Betis fue un entrenamiento con público, por cierto, muy enfadado con los gestores del equipo asturiano. Muy pronto se puso por delante el Sporting gracias a una buena jugada personal de Douglas que contó con la inestimable participación por su pasividad de la defensa verdiblanca. Los hombres de Rubí dominaban el encuentro frente a un equipo apático, que jugaba excesivamente en horizontal y sin profundidad alguna.

Pero el fútbol, además de un deporte profesional, es un juego donde pueden pasar cosas inexplicables como el error de Cuéllar. Corría el minuto 22 cuando un pase en profundidad de Cejudo era aprovechado por Rubén Castro para marcar a portería vacía tras un estrepitoso fallo del portero extremeño. A partir de ese momento, quien dominó, jugo y mereció algo más fue el Betis que se hizo con el partido y anuló por completo el partido.

El segundo tiempo fue un auténtico y entretenido corre calles con dos equipos que salieron a divertirse. El centro del campo no existió en ningún momento y las jugadas de peligro se sucedían en ambas porterías. En los primeros minutos tuvo alguna ocasión un buen futbolista como Burgui, pero en ese corre calles quien manejó mejor el partido fueron los hombres de Alexis que con más calidad supieron interpretar los contraataques.

En el minuto 59, una buena jugada de Rubén Castro al borde del área terminó en gol gracias a un preciso disparo cruzado. Desde ese instante y hasta el minuto 80, el delantero canario tuvo varias ocasiones clarísimas para sentenciar pero en una desaplicación de Durmisi, Carmona aprovechó un rechace del danés para empatar el partido. La última palabra la tuvo Jonas Martin con un cabezazo tras un estupendo centro de Durmisi, pero se estrelló en el larguero.

Final de una liga mediocre, decepcionante y vulgar que ha servido para frustrar, desencantar y desilusionar a todos los béticos. Mucho deben trabajar los gestores que salgan triunfantes el 29 de junio para compensar a esta fiel e incansable afición que se merece mucho más de lo recibido este año.

Lo mejor: La clase de Ceballos y la aportación de Durmisi. El aplauso del Molinón a Joaquín.

Lo peor: La fragilidad defensiva y el pobre arranque de todo el equipo.