JJ Barquín @barquin_julio Yo fui el primer crítico con el Betis de los 42 puntos de Lopera. Todos le reprochamos su falta de ambición cuando puso ese infame listón a un Betis que venía de ganar su segunda Copa del Rey. Pero el dictador de la calle Jabugo no apostó por el camino que le puso encima de la mesa Serra Ferrer con aquella mítica frase que todos recordamos. El Betis fue lo que quiso el avaro del Fontanal, un equipo grosero, sórdido y sin grandes inversiones, porque Ruiz le había cogido más gusto a lucrarse que a invertir en la institución.

Por eso, ahora con la liga a punto de finalizar, el balance del proyecto de Haro y Catalán, en el plano deportivo, debe ser catalogado como de absoluto y mayúsculo fracaso. No llegaremos ni a igualar esa manoseada y triste cota de los 42 puntos, que hace años vimos como una falta de ambición y de respeto al bético. Como máximo, el equipo llegará a los 41 puntos con lo que la temporada es la perfecta representación del desorden y falta de proyecto deportivo en el que se encuentra sumido el club. Basta recordar que el Betis se salva en Santander, con el mítico Edu, alcanzando los 40 puntos y que, dos temporadas más tarde, baja con 42 puntos. No hace falta ser un lince para saber que estamos en números de segundazo si no fuera porque ha habido tres equipos rematadamente malos.

Lo único positivo de la situación en que nos encontramos es la actitud de Haro y Catalán a la hora de hacer autocrítica. Han reconocido errores y han comenzado a tomar decisiones para revertir la situación. La primera y fundamental, la vuelta de Serra Ferrer para tomar el mando de lo deportivo al máximo nivel. Su intervención de ayer ofreció interesantes pinceladas de lo que Serra transmite siempre: seriedad, cordura, trabajo, astucia, responsabilidad y sensatez. Esperemos que la tercera etapa del balear sea igual de fructífera que las anteriores, aunque el ambiente no sea el más propicio por el momento.

Hoy sabremos las armas con las que juega Rafael Salas para optar a la presidencia del Real Betis. La pena es que no las aportara cuando estaba de consejero. Una prueba más de que busca su cota de poder al amparo de Hugo Galera y su banda de rancios ex béticos de postín.