JJ Barquín @barquin_julio Mi paso por el Centenario fue una experiencia contradictoria. Conocí a gente muy válida, a béticos que se entregaron en cuerpo y alma para ayudar al club. Gente anónima, que como yo, estaba allí por esa ilusión de aportar un granito de arena al club de sus amores. Béticos de base, con ganas de ayudar, en definitiva, de ofrecer sin esperar nada a cambio. Generosidad verdiblanca. Altruismo puro y duro. Disfruté los momentos vividos y los recordaré siempre.

La parte inversa de esas vivencias apareció cuando conocí a los que habitaban por la zona noble y a los pelotas que pululan a su alrededor, que son más patéticos que sus jefes. Pero, tanto unos como otros, se necesitan y se buscan pues son gente egocéntrica y soberbia. Son de los que te nombran sus rimbombantes apellidos para impresionarte, para decirte con quien estás hablando. Fue cuando descubrí que estaban en el Betis para pillar tajada, para de una manera u otra, sacarle un beneficio. El Betis da prestigio, abre puertas, genera negocio, otorga “cache” en una ciudad donde muchos viven de contar cuentos.

Visto lo visto, los de ahora comienzan a parecerse peligrosamente a los anteriores. El actual proyecto es un fracaso pero no se puede decir nada, porque entonces quieres desequilibrar, quieres que vuelva el pasado. Y como en cualquier buen régimen, los que mandan necesitan para perpetuarse de una legión de pelotas, de palmeros que les hagan el trabajo de propaganda. Son los que escriben para distorsionar la realidad, para hacernos creer que todo discurre por el camino correcto, que son lo que hacen falta y que el Betis no es nada sin ellos. ¿Les suena de algo? Antes tuvimos que padecer a gente como Iván Larriba y ahora tenemos a otros reconocidos amigos de los que mandan. Dando un paseo por twitter uno se encuentra con reflexiones demoledoras. Por ejemplo, al amigo Juan Bustos piensa que es “mejor amar y perder que odiar y ganar”. Toda una declaración de intenciones. Para redondear, el periodista “amigo” nos regala otra joya para enmarcar: “A los que gritan directiva dimisión es muy fácil. Compras acciones, te gastas la pasta, mandas y gestionas. Si no, a patalear. Sencillo”.

¿Defendía lo mismo cuando estaba Lopera en el poder? Al emperador de Jabugo había que echarlo a toda costa. Ahora, qué curioso, hay que patalear y joderse. Parece que Haro, Catalán y todos sus palmeros han olvidado que los actuales dirigentes mandan gracias a que muchos miles de béticos les cedieron sus acciones. Yo fui uno de los que dio mi humilde acción para cambiar el rumbo de esta institución. Pero eso es pasado. Ahora toca joderse. Bustos se retrata él solito. Pero no es el único. Hay muchos más que prefieren no criticar la actual situación pase lo que pase. Anoche algunos empezaron a criticar una iniciativa para protestar a la directiva en el próximo partido contra la Real Sociedad. “Que no cuenten conmigo. Basta ya de esta nueva “Neo-exigencia”.

Vivimos en una nueva dictadura. Es una dictadura dulce, light, amable, maquillada. Pero es una dictadura. No se puede criticar, no se puede cuestionar nada. Pues quien escribe fue un Neo-exigente con Lopera y es un Neo-exigente con la actual directiva. Y lo seguirá siendo con quien traspase la puerta de cristales. Me importa el Betis y no tengo más interés, ni amiguitos a los que defender o puesto por el que pelotear para estar en el poder.