Pablo Caballero Payán @pablocpayan

Real Betis Balompié 3 (Rubén de penalti, Sanabria y Pezzella) – RC Celta de Vigo 3 (Aspas 2 y Roncaglia)

Empate bajo la lluvia entre béticos y celtistas en un partido que no ganó el Betis por culpa de su fragilidad defensiva. Los de Víctor reaccionaron al tanto inicial de los vigueses, pero le empataron por dos veces cuando iba por delante en el marcador.

Los de Heliópolis se presentaron al partido en pijamas y dormidos. Lamentable la primera media hora de partido que realizó el equipo verdiblanco. Por supuesto que el Celta lo aprovechó para adelantarse en el marcador. Otra vez un balón a la espalda de Bruno (ya van unos cuantos) permitió al rival lograr un gol. Pero se quitó el Betis las legañas gracias al juego de Ceballos y comenzó a llegar al área gallega. Empató Rubén al transformar un penalti cometido sobre Petros.

Salió escopeteado tras el descanso el conjunto local y pronto consiguió voltear el marcador gracias a un gol de Sanabria. Antes Rubén había mandado un balón al palo. Pero volvió a fallar la defensa bética, cosa que aprovechó, nuevamente Aspas para empatar el partido. No se amedrentó el equipo de Víctor e insistió en buscar jugadas de ataque que le permitieran ganar el envite.

Llegó el tercer gol del Betis al cabecear Pezzella un saque de esquina botado con maestría por Joaquín. A punto estuvo de llegar la sentencia, pero Durmisi pecó de generosidad y el regalo del danés no lo aprovechó Rubén Castro. Y llegó entonces el enésimo regalo defensivo de los andaluces. Roncaglia cabeceó libre de marca un córner para establecer el 3-3 definitivo.

El punto quizá sepa a poco, pero tras ver el rendimiento del Betis durante buena parte de la primera mitad, quizá deberíamos darlo por bueno. A Víctor le queda por delante un arduo trabajo para mejorar las prestaciones defensivas de la plantilla que tiene a su disposición. Si no lo hace, será complicadísimo sumar de tres en tres.

LO MEJOR: el buen partido de Ceballos y la reacción tras ir por detrás en el marcador.

LO PEOR: la fragilidad defensiva del equipo.