Cuentan que el emperador Augusto le aconsejo a su asesor Suetonio que “caminara lentamente si quería llegar más pronto a un trabajo bien hecho”. Me imagino a Suetonio sentado plácidamente en un chaiselonge romana si perteneciera al staff del Real Betis. Haro lee seguramente a los clásicos romanos. El Betis se desangra en el césped y la tranquilidad reina en Villa Heliópolis. Ayer por la tarde, según informan los chicos de ABC no se habían producido ninguna reunión del consejo de administración. De hecho, el director deportivo estaba fuera de la ciudad y otros miembros del club tenían compromisos, por lo que la entidad ha decidido posponer la decisión para más adelante.

Piano, piano si va lontano, que dirían por la vieja Roma. Parece que muchos piensan que habría que destituir a Poyet pero Torrecilla y Haro se muestran reticentes, pues no quieren dar pasos en falso hasta encontrar un sustituto de garantías. Es verdad que cada maestrillo tiene su librillo pero si uno no confía en la persona que dirige el primer equipo, lo normal es no demorar más una situación que es insostenible. El equipo se le ha caído a Poyet y lo llevamos viendo varias semanas. El partido del Madrigal fue la mejor escenificación de que no juega a nada porque ni los propios jugadores creen en lo que hacen. Por no hablar de la empanada mental sobre esquemas y posiciones de jugadores que el uruguayo ha mostrado desde que llego a Sevilla.

Llegados a este punto, ¿no sería recomendable poner a un hombre de la casa para que cambie la dinámica y eleve la moral de la tropa mientras se busca al entrenador definitivo? Todo el tiempo que pasa, es tiempo perdido en cambiar una dinámica que sigue cuesta abajo y sin frenos. Los puntos son esenciales y más viendo el calendario. De los ocho partidos que quedan para finalizar la primera vuelta, cinco son con equipos de nuestra liga (desgraciadamente). Las Palmas, Eibar, Alavés, Leganés y Sporting. Con los puntos sumados esos encuentros son de vital importancia para salir de un pozo al que ya estamos asomados. La experiencia nos dice que salir del lodazal es complicado pues llegan los nervios y la ansiedad. Otros equipos ya han movido ficha y nosotros debemos hacerlo ya. Pero todo depende del emperador Haro y su sospechoso entorno.

P.D.: El gran problema es encontrar alguien de garantías que quiera coger este barco (deportivo e institucional) a la deriva.

JJ Barquín