Anoche en San Pablo no fue una noche más. El Real Betis Energía Plus debutó como local con el nuevo nombre y los colores verdiblancos por bandera. No se pudo redondear la histórica cita con una victoria sobre el parqué. El ICL Manresa se impuso 75-80.

Los de Zan Tabak fueron a remolque desde que el balón fue lanzado al aire. Encajó de salida un parcial de 0-12 que fue incapaz de remontar. Fallón en ataque y poco contundente en defensa, los béticos no tuvieron el acierto del primer partido ante Estudiantes, viéndose muy mermado el juego por las tempranas faltas de Zoric (MVP de la primera jornada), que no logró sus primeros puntos hasta el último cuarto.

Pero al margen de lo estrictamente deportivo, hay que recordar todo lo ocurrido en estos últimos meses acerca del baloncesto en Sevilla. Muchos presagiaron que la aventura bética no tendría éxito. Aun es pronto para sacar conclusiones, pero hay datos que permiten ser optimistas. Por un lado está el aumento en el número de socios, y por otro, está el innegable tirón mediático que le dará el nuevo nombre al Club Baloncesto Sevilla.

Personalmente estoy muy satisfecho y me siento muy orgulloso por el paso que dio un su momento el Real Betis para garantizar la viabilidad de la entidad de San Pablo. Lo fácil, como hicieron otros, habría sido mirar para otro lado, escurrir el bulto y no meterse en complicaciones. Por eso, los que no dieron el paso adelante, no pueden rasgarse ahora las vestiduras y criticar la postura bética.

Ojalá que toda esta ilusión y la fuerza social y mediática que aporta la “marca Betis” sirva para impulsar al equipo hispalense a cotas más altas y volvamos a tener en Sevilla un club de baloncesto como el de finales de los noventa, que llegó a disputar dos finales de la ACB y una de la Copa del Rey.

Pablo Caballero Payán @pablocpayan